31 mayo 2008

Cosas que se aprenden en una guardia



El que sólo sabe de medicina ni medicina sabe..

Hay cosas que no vienen en los libros y sólo puedes llegar a aprender y comprender cuando te enfrentas a ellas cara a cara. Esta semana, como me temía, he hecho mi primera guardia, y la verdad es que no fue tan mala. Un adjunto que me dio clase en la Facultad me encontró por los pasillos un poco agobiada y me tranquilizó con unas sabias palabras: nadie nace sabiendo, la cirugía necesita mucha práctica y la primera vez que veas hacer algo no te enterarás de nada, la segunda te irán sonando las cosas y quizás la tercera digas.. "vaya, parece que ya empiezo a cogerle el truquillo". Todos hemos pasado por ahí.

Viendo las cosas desde el otro lado, tendemos a olvidar lo que se siente siendo paciente. Pude comprobar, sobre todo pensando en ello horas después, porque en el ajetreo de Urgencias una no está para reflexiones filosóficas; que las personas necesitan confianza, seguridad, y también cariño. Parece obvio pero no es tan fácil. Detrás de una patología determinada está el enfermo y sus circunstancias personales. Sóla ante el peligro, vi que al paciente le daba igual que yo me supiera perfectamente la anatomía de su mano... sólo preguntaba si estaba rota y qué es lo que le íbamos a hacer porque necesitaba tener esa mano útil. El paciente no te hace preguntas teóricas... ni tampoco te da 5 opciones. Te mira a los ojos preocupado, y pregunta ¿qué es? ¿está roto? ¿me va a doler?... y no entiende (no sabe) que es tu primera guardia, no es su problema, para él o ella TÚ eres el médico y confía en tus palabras.

Si le sonríes y le das un poco de pie, enseguida comienza a contarte su vida. La gente en Urgencias tiene miedo, está nerviosa y en muchas casos, muy sóla. Me sorprendió cómo a nada que les trataras con un mínimo de cariño comenzaban a desahogarse, y a la 1 de la madrugada podían empezar a contarte muchos de su problemas, que tiene a su mujer inválida, que su hijo estuvo muy enfermo, que tiene un examen importante y justo ahora le pasa esto...

Las esperas se hacen eternas, estar esperando para entrar al quirófano debe de ser horrible.. y me arrepiento de no haber sido más amable con esas personas que, muertas de miedo, esperan a que alguien venga a recoger la camilla y les lleve para dentro. Pero es que aún no me siento capaz de transmitir seguridad porque ni yo misma la tengo. Quería coger a aquel anciano de la mano, sabía que debía hacerlo, decirle que todo saldría bien... pero sinceramente no he asimilado del todo mi papel de médico y me siento aún demasiado inexperta para consolar a nadie. Sé que no hace falta saber mucho para hacer esto.. pero no sé qué tranquilidad puede darles a los pacientes una doctora que podría ser su nieta y que ya demasiado tiene con intentar no meter la pata en su primera guardia.

Sin embargo me propongo una cosa.. está bien que estudie técnicas quirúrgicas, que repase Anatomía y me preocupe de practicar con los puntos y nudos, que me aprenda los criterios, que esté atenta a los tratamientos y me concentre en hacer una historia clínica correcta.. pero la Medicina va más allá. La próxima vez me esforzaré en superar mis miedos para intentar que mi paciente se sienta más cómodo, y en vencer mi timidez para cogerle del brazo y decir algo amable a esa persona que está a punto de entrar a quirófano. Quizás su mirada sea la respuesta a por qué decidimos ser médicos.

25 mayo 2008

Primeros pasos



Con humor, mejor... ;-)

Esta primera semana me he sentido arropada por la gente del equipo. Generalmente cuanto más jóvenes son los residentes, más se empeñan en que tus comienzos en el departamento sean agradables... parece que luego con los años, a uno se le olvidan esos agobios que todos pasamos los primeros días, aunque también es verdad que hay adjuntos realmente amables y muy metidos en su papel docente. El balance de la semana es positivo, por el momento estoy contenta con mis compañeros, y creo que eso es fundamental.

Sin embargo, me siento como si empezara de cero, como si los 6 años de carrera y la preparación al MIR fueran una cosa y la vida real, el día a día en quirófano, en urgencias, otra bastante diferente. A pesar de esos tres años de prácticas clínicas durante la carrera, no ha sido hasta esta semana cuando he podido experimentar de verdad lo que es entrar a un quirófano, ver las cosas de cerca (y no por un huequillo que con suerte te deja el cirujano al cambiar de postura para ponerse más cómodo), tocar, sentir el calor de los tejidos, su consistencia, intentar comprender qué es lo que cortan, qué es lo que cosen y por qué. Me encanta.

El paciente ha dejado de ser un caso clínico de libro, ahora su patología es más compleja, las cosas no son blancas o negras, y estudiar todo esto ya no tiene como fin superar un exámen en la facultad, sino salvar una vida. Esa diferencia da vértigo.

Aprender a moverme en quirófano, a familiarizarme con el instrumental, adquirir habilidades manuales e intelectuales, y todo ello sin olvidar que no se opera un pedazo de carne sino una persona y por lo tanto que tiene una historia clínica que hay que estudiar, revisar, no pasar por alto los detalles, porque va una vida un ellos... es todo un reto. Un reto que estoy dispuesta a ir alcanzando cueste lo que cueste, aunque no llegue nunca a superarlo del todo porque la Medicina, como la vida, es un aprendizaje constante.

Es posible que esta semana tenga mi primera guardia...

18 mayo 2008

Tres, dos, uno..



Sin miedo sientes que la suerte está contigo
jugando con los duendes abrigándote el camino...

Y por fin estamos a las puertas del gran día. Mañana todos los R1 de España estrenaremos puesto de trabajo. Entramos con ilusión, con ganas de aprender a cada instante todo lo que nuestros R mayores, adjuntos, pacientes, la vida misma... quiera en enseñarnos... esperemos que sea mucho!.

Suerte compañeros. Mañana empieza nuestro camino.. ese que tanto hemos luchado por conseguir. Ánimo a todos los R peques que nos incorporamos entre mañana y el martes.